En nuestro anterior artículo, apuntábamos que los liderazgos públicos deben atender a su capacidad de hacer aflorar un nueva forma de gobernanza democrática que, entendida como una articulación de contextos y procesos, integre un estilo más dialogante, modesto, elástico y solícito a la diversidad social.
En este sentido, en una reciente conferencia dictada en una universidad chilena, el director de nuestra firma desplegó esta idea a partir de lo que algunos han acuñado como el modelo relacional de acción pública.